Hiperrealismo
Conocido también como Superrealismo, Realismo Fotográfico
y Fotorrealismo, es un movimiento pictórico surgido
en la década de los '60, cuyas técnicas aspiran
a una precisión casi fotográfica.
El Hiperrealismo busca mantener en la pintura la conexión
con la visión fotográfica del encuadre y la
traducción fiel de la escena.
Por tanto, los temas son representados con exactitud minuciosa
e impersonal en los detalles, por medio de una agudeza óptica
llevada a cabo con tal virtuosismo técnico, que supera
la "visión" del objetivo fotográfico.
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Algunos representantes de este estilo trabajan a partir de fotografías,
tratando con igual agudeza y precisión todo el cuadro.
En algunos caso se utilizan grandes tamaños de cuadros y
pintura plana, que aspiran a producir la impresión de inmensas
ampliaciones fotográficas.
Se va de lo real a la fotografía y de la foto al cuadro,
reafirmando dos veces lo real o, tal vez, distanciándose
doblemente del objeto; no hay una mirada subjetiva sobre la realidad,
puesto que las imágenes son frías.
El propósito del Hiperrealismo es acercarse a una supuesta
objetividad visual en la representación de retratos, naturalezas
muertas, interiores y paisajes, a través de un singular método
de trabajo que compagina técnica y disciplina.
Una disciplina de síntesis para la ejecución en la
que intervienen los más modernos recursos infográficos
junto a una superficial aplicación del color, por medio de
veladuras y empastes y una destreza en el atrapamiento de la luz
en el lienzo.
Cuándo apreciamos una buena obra hiperrealista, asistimos
al más notable triunfo de la representación, debido
a la máxima eficacia del oficio como modo de producción
y método de apropiación de la realidad visible.
Pero también es cierto que se produce saturación de
la información visual: el apego a la transcripción
objetiva normalmente dificulta el despliegue de una audacia imaginativa
mayor o divertimentos cromáticos que permitan las necesarias
sugerencias poéticas de las imágenes expuestas.
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