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La
pintura colonial se sustenta en el dibujo y el color, las cuales
sirven para representar, es decir, describir, explicar y enseñar
principalmente los dogmas católicos.
Para logar este objetivo, se refuerza la proposición
plástica de la Línea y el color, mediante un orden
donde tienen relevancia la simetría, el color tonal y
tímbrico y la concepción espacial no sometida
por completo a las reglas de perspectiva tradicional. En efecto,
el artista dispone los seres y objetos a ambos costados de un
eje central que, aparentemente, divide el cuadro en dos áreas
iguales.
Pero más allá de esta apariencia, hay un anhelo
de orden, donde se disponen según jerarquías las
divinidades, seres, objetos y especies, de modo que se siguiere
un cosmos equilibrado.Las primeras pinturas llegadas a Chile
fueron representaciones religiosas importadas, que eran realizadas
por artistas y artesanos españoles, italianos y flamencos.
Fueron transportadas por mar desde Europa, comenzando inmediatamente
a reproducirse las primeras pinturas sudamericanas al estilo
occidental, bajo la creación de talleres locales que
desempeñaron el importante papel de implantar y popularizar
las corrientes artísticas europeas, imponiéndose
los estilos italianos. Desde 1650 hasta 1750 se implantó
en Chile el gusto español, en especial el de la escuela
sevillana.
A partir de mediados del siglo XVIII se produjo un cambio y
comenzó a dejarse sentir la influencia francesa.
Influencia
italiana y flamenca
La
Virgen con el Niño, San Francisco y Santa Clara,
Angelino Medoro, Monasterio
de Las Clarisas de Puente Alto. |
Los
pintores extranjeros que destacaron fueron tres italianos: el
jesuita Bernardo Bitti (1548-1610), Angelino Medoro (1576-1631)
y Mateo Pérez de Alessio (1547-1616).
El estilo que estos pintores establecieron en Lima tenía
como referente el manierismo italiano.
El
trabajo de Angelino Medoro llegó a Chile conservándose
una pintura y varias personalizadas. La pintura firmada es La
Virgen con el Niño San Francisco y Santa Clara (1602).
Se trata de la pintura occidental más antigua conservada
en Chile, con un claro estilo del Cinquecento.
Desde 1620 comenzó a notarse en el Virreinato del Perú
la influencia flamenca, la cual tuvo presencia gracias a una
técnica que se mostró esencial para expresar las
imágenes: el grabado. De este modo, las imágenes
en tinta fueron importante en la culturización de América
Latina, continente falto de modelos plásticos a imitar.
El grabado adquirió aún más importancia,
y las estampas se convirtieron en la principal fuente de inspiración.
La
principal figura de la escuela de pintura flamenca fue Pablo
Rubens (1577-1640); difusor de las glorias de la monarquía
de los Habsburgo y de la fe católica.
Sus pinturas llegaron al Virreinato del Perú y sirvieron
de inspiración a los pintores locales que imitaron su
estilo compositivo, su interpretación de la figura humana
y los paisajes.
La
escuela española
San
Buenaventura,
Francisco de Zurbarán, |
El
europeísmo de la cultura barroca, y la aceptación
en la ciudad de las corrientes artísticas italianas y
flamencas facilitó la proyección de éstas
en América y concretamente en Chile. Coincidió
con el gran momento de la escuela de pintura española,
con residencia en Andalucía y en la ciudad de Sevilla
en particular. Al respecto destacan Zurbarán y Murillo.
En lo relativo al ingreso del modelo sevillano en Chile, este
se realizó a través de los grandes centros urbanos
del Virreinato del Perú. Fue en la escuela de Cuzco donde
en principio se hizo evidente la presencia del gusto español.
Es aquí donde Francisco de Zurbarán (1598-1664)
va a lograr gran influencia en los pintores criollos. Zurbarán
alcanzó el éxito por la producción de series
monásticas, que posteriormente fueron realizadas para
la exportación a América. En tanto, Bartolomé
Murillo (1618-1682) se destaca por su estilo colorista y costumbrista,
y que también terminó pintando parte de su producción
para el mercado americano. Ambos pintores destacaran por su
influencia a partir de la segunda mitad del siglo XVII y la
primera mitad del XVIII.
El
Virreinato del Perú y su influencia
"
Adoración de los Pastores".
Serie de la Vida de la Virgen.
Anónimo cuzqueño. Siglo XVII |
El
Virreinato del Perú contaba con escuelas de considerable
interés, como Quito, Cuzco o el Alto Perú, los
cuales exportaron lienzos y esculturas, que sirvieron a diversos
talleres chilenos para iniciar su propia producción.
De Quito destacó sobre todo la obra de imaginería.
Esta técnica quiteña se inspiró en artesanos
españoles, de los que destacan Martínez Montañés,
Alonso Cano y Pedro de Mena. La pintura de Quito fue trascendental
para los adherentes chilenos al óleo, quienes la imitaron.Los
talleres limeños contaron con numerosos escultores y
talladores sevillanos que durante el siglo XVII se establecieron
en Lima.
La pintura limeña, en tanto, se vio influida por artistas
italianos y por la abundante exportación de lienzos zurbaranescos.
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