
MANUEL
GARCIA DE LA HUERTA (1836-1889)
Ministerio de Instrucción Pública, quien el 31 de
Julio de 1880 firmó junto a Aníbal Pinto, Presidente
de la República, el decreto que hizo posible la fundación
del Museo Nacional de Pinturas, que se inauguró el 18 de
Septiembre del mismo año.

CORONEL MARCOS MATURANA (1830-1892)
Marcos Segundo Maturana Molina nació en Santiago el 15
de Febrero de 1830 y murió el 18 de Mayo de 1892 en la
misma ciudad.
Militar de brillante carrera. A los 14 años ingresa a la
Academia Militar, regresando como Alférez de Artillería
en 1848. Sirvió con valentía y destreza en las campañas
encomendadas, como fueron las acciones de 1851 y 1880, que lo
hicieron ascender rápidamente, permitiéndole ocupar
importantes cargos militares. En 1867 fue nombrado Edecán
del Presidente Errázuriz Zañartu y Aníbal
Pinto. Durante esos años, Maturana se entregó a
su pasión favorita: coleccionar obras de arte, adquiriendo
para sí, menajes coloniales, fina porcelana, piezas arqueológicas
de gran valor, armas antiguas y especialmente pinturas. En 1880
fue ascendido a General de Brigada. El 31 de Julio de 1880, el
Gobierno lo nombra en una Comisión junto a José
Miguel Blanco y Juan Mochi para organizar el Museo Nacional de
pinturas, que se instalaría en los altos del Palacio del
Congreso Nacional. Concluido el trabajo de la Comisión,
que demoró 48 días, se redactó el Catálogo
completo de las 140 obras de arte que formaron el museo en sus
inicios. El Gobierno inauguró el museo el 18 de septiembre
de 1880, pasando a formar parte del programa oficial de las festividades
patrias de ese año. Tanta fue su afición por el
arte que lo compatibilizó con su profesión castrense,
y tanta su dedicación, que el consejo de Instrucción
Pública estableció un concurso de arte que llevó
su nombre “Certamen General Maturana” y que duró
hasta 1930. En 1883 fue ascendido a General de División,
retirándose del Ejército en Diciembre de 1888.
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I. FUNDACIÓN
DEL MUSEO
El Museo
Nacional de Bellas Artes fue fundado el 18 de Septiembre de 1880,
con el nombre de Museo Nacional de Pinturas. En efecto, el Ministro
de Justicia e Instrucción Pública, Manuel García
de la Huerta, dictó un decreto el 31 de Julio de ese año,
nombrando una comisión integrada por el Coronel Marcos
Maturana y los artistas Juan Mochi, a la sazón director
de la Academia de Pintura y quién sería el primer
director del museo, y el escultor José Miguel Blanco para
que estudiaran la organización de un Museo Nacional de
Pinturas que debía instalarse en los altos del Congreso
Nacional.
Las gestiones de esta comisión fructificaron y permitieron
que la iniciativa se concretara. Así el 18 de Septiembre
de 1880, el Presidente de la República Aníbal Pinto
lo inauguró. Según los datos recogidos, se exhibieron
140 pinturas de artistas chilenos y extranjeros reunidas, ubicadas
y trasladadas rápidamente a dos salas orientadas hacia
la calle Morandé. Una de las primeras obras inventariadas
fue una escultura en yeso de José Miguel Blanco ejecutada
en Roma en 1875, titulada “Independencia de Chile”,
donada por el propio autor. Se incluyeron también copias
de obras de artistas famosos como “Los Tres Evangelistas”
de Jordanes donada, entre otras, por el Coronel Marcos Maturana.
Al Estado no le significó ningún gasto instalar
el museo, ya que fue el resultado de una doble estrategia: reunir
las obras dispersas que estaban diseminadas en la Moneda, Municipalidad
de Santiago, Universidad de Chile, Biblioteca Nacional, y otras
instituciones estatales, e instalarlas en un recinto ya construido.
El Ministro aludido envió por oficio al General Maturana
(había ascendido a General el 20 de Septiembre), un agradecimiento
´”por la forma tan activa como patriótica con
que la comisión había dado cumplimiento a la labor
encomendada”. El Museo llevó una vida anónima,
pues sólo se abría al público los domingos
después del mediodía..
Su fundación fue el fruto de una inquietud cultural que
se arrastraba desde hacía muchos años, enmarcada
en una política de los gobiernos de la segunda mitad del
siglo XIX, orientada a la “creación, desarrollo y
difusión” de la cultura en general y del arte en
particular. Recordemos, por ejemplo, la fundación de la
Universidad de Chile en 1842, la Academia de Pintura en 1849 y
el Conservatorio Nacional de Música en 1850.
Al crearse la Academia de Pintura, se hizo más necesario
que nunca contar con espacios de exhibición de las obras
ejecutadas por las promociones que iban egresando de dicha academia.
Algunos obtenían becas (pensiones) de perfeccionamiento
para proseguir sus estudios en academias europeas, especialmente
en Francia. Era obligación de los pensionados remitir obras
ejecutadas en su residencia transitoria con el fin de demostrar
que no estaban perdiendo el tiempo y, a la vez, permitir a los
profesores de la academia chilena evaluar el perfeccionamiento
europeo. Además, los propios directores de la Academia,
como Alejandro Cicarelli, Ernesto Kirchbach y Juan Mochi, debían
entregar por contrato una determinada cantidad de obras, iniciándose
una verdadera colección. Por último, era bastante
frecuente que algunos particulares donaran obras originales o
copia al Estado chileno, la mayoría adquiridas por ellos
mismos en sus viajes a Europa. Este conjunto de obras fue entregado
al Estado y ellas fueron repartidas o distribuidas en los diferentes
edificios públicos, pero sin la menor protección.
(Véase, Balmaceda Lissett. El Museo Nacional de Bellas
Artes (1880-1988). Investigación inédita. Santiago
1988).
El más preocupado con esta dispersión de las obras
que iban constituyendo el incipiente patrimonio artístico
de la Nación fue José Miguel Blanco quien, en noviembre
de 1879, publicó un artículo en la “Revista
Chilena”, que dirigían Diego Barros Arana y Miguel
Luis Amunátegui, en donde proponía “la creación
de un museo de Bellas Artes parecido a los existentes en Europa”.
Con el apoyo del Coronel Marcos Maturana logró interesar
al gobierno y al año siguiente se constituyó la
comisión a la que se aludió más arriba.
También contribuyeron a hacer realidad esta iniciativa,
variados acontecimientos estimuladores de la creación y
difusión artística. Recordemos la fundación
en 1867 de la “Sociedad Artística” realizada
.por .Pedro
Lira y
Luis .Dávila. Larraín
.para fomentar
.el
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